Sin duda, uno de los puntos más fuertes de 
Trillion: God of Destruction es lo original e innovador que resulta, especialmente en un género tan superpoblado como es el 
rol japonés. La idea de enfrentarnos a un gigantesco 
enemigo final invencible al principio (con 1.000.000.000 de puntos de vida), pero que poco a poco va acortando su diferencia de poder con la nuestra es todo un acierto... Es una forma divertida de meternos 
de lleno en la historia. Así, el juego cuenta despliegue de ideas interesantes, que si bien no llegan a ser revolucionarias sí que consiguen que disfrutemos de un juego fresco y diferente.